16
Sep
18

hogueras luminosas, LEÓN FELIPE

 

 

f7Hogueras encendidas.

Felipe Camino Galicia de la Rosa, conocido como León Felipe, nació el 11 de abril de 1884, en Tábara, Zamora.
Poeta perteneciente a la Generación del 27′, escribió además  de poesía algunas obras de teatro y es conocido a nivel mundial por haber sido traductor de la obra de Walt Whitman.
Murió en el exilio en Ciudad de México, el 18 de septiembre de 1968, hace 50 años.
Sirva como muestra de mi admiración por su obra
el texto que os muestro.

l3

Peregrino,

poeta profético del exilio,

el español del éxodo y el llanto.

León Felipe, poeta de barro,

pasajero de un barco perdido entre la niebla.

Hace 50 años, ….. moría en México.

“¿Quién soy yo?

¿Me he escapado de un sueño o navego hacia un sueño?

¿Hui de la casa del Rey o busco la casa del Rey?”

Sueños y búsquedas, dos caras de su misma personalidad:

Inquietud, navegaciones. Peregrinaje de México a España,

de aquella España en llamas a México,

donde alzando la voz se descubrió al borde del abismo.

“!Qué lástima

que yo no tengo una casa!”

(gritó en su su primer libro, Versos y oraciones del caminante),

reconociéndose

“un paria,

que apenas tiene una capa”

Sus referencias:

Un pueblo del Duero estepario zamorano, Tábara,

donde nació,

los días azules de la infancia en Salamanca,

juventud,  estudios de farmacia, comediante,

cárceles…

“He dormido en el estiércol de las cuadras, en los bancos municipales,

he recostado mi cabeza en la soga de los mendigos

y me ha dado limosna -Dios se lo pague-

una prostituta callejera”

Luego a Guinea,

los caminos del mar…

Vuelve a España,

ejerce de farmaceútico

y definitivamente  el México del exilio,

siempre en busca de la luz:

“¡ah si yo pudiese organizar mi llanto y el polvo disperso

de mis sueños!”

Desde esa encrucijada asumió su destino de la diáspora,

España como mito y el destierro como camino,

también con la  ligereza de equipaje, como Machado.

“Mi patria está donde se encuentre aquel pájaro luminoso

que vivió hace tiempo en mi heredad”

Y escribiendo   salmos a sus tres ansias:

el sueño, el mito y el verbo  (la palabra),

estelas de gritos y hasta de blasfemias:

“miradme aquí, erguido,

en la entraña profunda de la sombra”.

De la sombra a la luz a través del verso,

voz de poeta-profeta,

voz de poesía con “sabor a barro, el salmo,

grito de la tierra primera que se levanta

en el barullo del mercado,

sobre el vocerío de los traficantes…

El salmo es el derecho del hombre…a empujar una puerta,

encender una antorcha…a derribar un muro…

a despertar al capataz con un trueno, o con una blasfemia.

Porque Job se quejó, y cantó, y lloro…y gritó…y blasfemó

y pateó furioso en la boca cerrada de Dios…»

LEÓN-FELIPE 2

 

«Pero ¿qué están hablando esos poetas de ahí de la palabra?
Siempre en discusiones de modisto:
que si desceñida o apretada . . .
que si la túnica o que si la casaca…
La palabra es un ladrillo, ¿Me oísteis?… ¿Me ha oído usted, Señor Arcipreste?
Un ladrillo. El ladrillo para levantar la Torre… y la Torre
tiene que ser alta… alta, alta…
hasta que no pueda ser más alta.
Hasta que llegue a la última cornisa
de la última ventana
del último sol
y no pueda ser más alta.
Hasta que ya entonces no quede más que un ladrillo solo,
el último ladrillo… la última palabra,
Para tirárselo a Dios,
con la fuerza de la blasfemia o de la plegaria…
Y romperle la frente… a ver si dentro de su cráneo
está la Luz o está la Nada.»

f8

La obra  de León Felipe se nos presenta como poesía en el límite,

entre lo que es y debe ser, entre la razón y la locura,

su vida personal y la general de los otros,

biografía, salmos y canciones,

desesperación y esperanza,

historia y mito,

poesía del límite entre la oscuridad y la luz.

Aquí dejo unos textos donde se refleja su alma escritora

l
Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol …
y un camino virgen
Dios.

II

Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma.
Aventad las palabras,
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.

III

Poesía,
tristeza honda y ambición del alma,
¡cuándo te darás a todos … a todos,
al príncipe y al paria,
a todos …
sin ritmo y sin palabras.

IV

Sistema, poeta, sistema.
Empieza por contar las piedras,
luego contarás las estrellas.

V

Poeta,
ni de tu corazón,
ni de tu pensamiento,
ni del horno divino de Vulcano
han salido tus alas.
Entre todos los hombres las labraron
y entre todos los hombres en los huesos
de tus costillas las hincaron.
La mano más humilde
te ha clavado
un ensueño …
una pluma de amor en el costado.

VI

No andes errante …
y busca tu camino.
-Dejadme-.
Ya vendrá un viento fuerte
que me lleve a mi sitio.

f4

AUTORRETRATO
¡QUÉ LÁSTIMA!

¡Qué lástima
que yo no pueda cantar a la usanza
de este tiempo lo mismo que los poetas de hoy cantan!
¡Qué lástima
que yo no pueda entonar con una voz engolada
esas brillantes romanzas
a las glorias de la patria!
¡Qué lástima
que yo no tenga una patria!
Sé que la historia es la misma, la misma siempre,
que pasa
desde una tierra a otra tierra, desde una raza
a otra raza,
como pasan
esas tormentas de estío desde ésta a aquella comarca.
¡Qué lástima
que yo no tenga comarca,
patria chica, tierra provinciana!
Debí nacer en la entraña
de la estepa castellana
y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada;
pasé los días azules de mi infancia en Salamanca,
y mi juventud, una juventud sombría, en la Montaña.
Después … ya no he vuelto a echar el ancla,
y ninguna de estas tierras me levanta
ni me exalta
para poder cantar siempre en la misma tonada
al mismo río que pasa
rodando las mismas aguas,
al mismo cielo, al mismo campo y en la misma casa.
¡Qué lástima
que yo no tenga una casa!,
una casa solariega y blasonada,
una casa
en que guardara,
a más de otras cosas raras,
un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada
y el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla.
¡Qué lástima
que yo no tenga un abuelo que ganara
una batalla,
retratado con una mano cruzada
en el pecho, y la otra mano en el puño de la espada!
Y, ¡qué lástima
que yo no tenga siquiera una espada!
Porque … ¿qué voy a cantar si no tengo ni una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada?
¡Qué voy a cantar si soy un paria
que apenas tiene una capa!
Sin embargo …
en esta tierra de España
y en un pueblo de la Alcarria
hay una casa
en la que estoy de posada
y donde tengo, prestadas,
una mesa de pino y una silla de paja.
Un libro tengo también. Y todo mi ajuar se halla
en una sala
muy amplia
y muy blanca
que está en la parte más baja
y más fresca de la casa.
Tiene una luz muy clara
esta sala
tan amplia
y tan blanca …
Una luz muy clara
que entra por una ventana
que da a una calle muy ancha.
Y a la luz de esta ventana
vengo todas las mañanas.
Aquí me siento sobre mi silla de paja
y venzo las horas largas
leyendo en mi libro y viendo cómo pasa
la gente al través de la ventana.
Cosas de poca importancia
parecen un libro V el cristal de una ventana
en un pueblo de la Alcarria,
y, sin embargo, le basta
para sentir todo el ritmo de la vida a mi alma.
Que todo el ritmo del mundo por estos cristales pasa
cuando pasan
ese pastor que va detrás de las cabras
con una enorme cayada,
esa mujer agobiada
con una carga
de leña en la espalda,
esos mendigos que vienen arrastrando sus miserias,
de Pastrana,
y esa niña que va a la escuela de tan mala gana.
¡Oh, esa niña! Hace un alto en mi ventana
siempre y se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
¡Qué gracia
tiene su cara
en el cristal aplastada
con la barbilla sumida y la naricilla chata!
Yo me río mucho mirándola
y la digo que es una niña muy guapa …
Ella, entonces, me llama ¡tonto!, y se marcha.
¡Pobre niña! Ya no pasa
por esta calle tan ancha
caminando hacia la escuela de muy maja gana,
ni se para
en mi ventana,
ni se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
Que un día se puso mala,
muy mala,
y otro día doblaron por ella a muerto las campanas.

Y en una tarde muy clara,
por esta calle tan ancha,
al través de la ventana,
vi cómo se la llevaban
en una caja
muy blanca …
En una caja
muy blanca
que tenía un cristalito en la tapa.
Por aquel cristal se la veía la cara
lo mismo que cuando estaba
pegadita al cristal de mi ventana …
Al cristal de esta ventana
que ahora me recuerda siempre el cristalito de aquella caja
tan blanca.
Todo el ritmo de la vida pasa
por este cristal de mi ventana …
¡Y la muerte también pasa!

¡Que lástima
que no pudiendo cantar otras hazañas,
porque no tengo una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada,
y soy un paria
que apenas tiene una capa …
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!

ROMERO SOLO

Ser en la vida romero,
romero solo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero … sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez solo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera … menos un sepulturero.

f5

Un día todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el Rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez solo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.

COMO TÚ …

Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia …
como tú, piedra aventurera …
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda …
piedra pequeña
y
ligera …

VENCIDOS

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Y ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el caballero sin peto y sin espaldar,
va cargado de amargura,
que allá encontró sepultura
su amoroso batallar.
Va cargado de amargura,
que allá quedó su ventura
en la playa de Barcino, frente al mar.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado,
hazme un sitio en tu montura,
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!

Ponme a la grupa contigo,
caballero del honor,
ponme a la grupa contigo
y llévame a ser contigo pastor.

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de Don Quijote pasar …

COMO  AQUELLA NUBE BLANCA

Ayer estaba mi amor
como aquella nube blanca
que va tan sola en el cielo
y tan alta,
como aquella
que ahora pasa
junto a la luna
de plata.

Nube
blanca,
que vas tan sola en el cielo
y tan alta,
junto a la luna
de plata,
vendrás a parar
mañana,
igual que mi amor,
en agua,
en agua del mar
amarga.

Mi amor tiene el ritornelo
del agua, que sin cesar,
en nubes sube hasta el cielo
y en lluvia baja hasta el mar.

Y el agua, aquel ritornelo
de mi amor, que, sin cesar,
en sueños sube hasta el cielo
y en llanto baja hasta el mar.

QUÉ DÍA TAN LARGO

¡Qué día tan largo
y qué camino tan áspero,
qué largo es todo, qué largo,
qué largo es todo y qué áspero!
En el cielo está clavado
el sol iracundo y alto.
La tierra es toda llanura, llanura, toda llanura, y en la
llanura … ni un árbol.

Voy tan cansado
que pienso en una sombra ~ualquiera. Quiero descanso,
descanso, sólo descanso.
¡Dormir! Y lo mismo me da ya bajo un ciprés que bajo
un álamo.

AHORA DE PUEBLO EN PUEBLO

Ahora de pueblo en pueblo
errando por la vida,
luego de mundo en mundo errando por el cielo
lo mismo que esa estrella fugitiva.
¿Después? … Después …
ya lo dirá esa estrella misma,
esa estrella romera
que es la mía,
esa estrella que corre por el cielo sin albergue
como yo por la vida.

CORAZÓN MíO

Corazón mío …
¡Qué abandonado te encuentro!
Corazón mío,
estás lo mismo que aquellos
palacios deshabitados
y llenos de misteriosos silencios.
Corazón mío,
palacio viejo,
palacio desmantelado,
palacio desierto,
palacio mudo
y lleno de misteriosos silencios …
Ni una golondrina ya
llega a buscar tus aleros …
y hacen su cobijo sólo
en tus huecos los murciélagos.

VEN CON NOSOTROS …

Cuando me han visto solo y recostado
al borde del camino,
unos hombres
con trazas de mendigos
que cruzaban rebeldes y afanosos
me han dicho:
– Ven con nosotros,
peregrino.
Y otros hombres
con portes de patricios
que llevaban sus galas
intranquilos,
me han hablado
lo mismo:
– Ven con nosotros, peregrino.
Yo a todos los he visto
perderse allá a lo lejos del camino …
y me he quedado solo, sin despegar los labios, en mi sitio.

f6INTELECTUAL1

!QUÉ  SOLO ESTOY, SEÑOR!

¡Qué solo estoy, Señor!
¡Qué solo y qué rendido
de andar a la ventura
buscando mi destino!
En todos los mesones
he dormido,
en mesones de amor
y en mesones malditos,
sin encontrar jamás
mi albergue decisivo,
y ahora estoy aquí, solo …
rendido
de andar a la ventura
por todos los caminos.
Ahora estoy aquí, solo,
en este pueblo de Avila escondido
pensando
que no está aquí mi sitio,
que no está aquí tampoco
mi albergue decisivo.

¡QUÉ PENA!

¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
y siempre se repitieran
los mismos pueblos, las mismas ventas,
los mismos rebaños, las mismas recuas!

¡Qué pena si esta vida tuviera
-esta vida nuestra-
mil años de existencia!
¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
¿Quién la soportaría toda sin protesta?
¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra
al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?
Los mismos hombres, las mismas guerras,
los mismos tiranos, las mismas cadenas,
los mismos farsantes, las mismas sectas
¡y los mismos, los mismos poetas!

¡Qué pena,
que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!

POEMAS MENORES

I

No es lo que me trae cansado
este camino de ahora.
No cansa
una vuelta sola.
Cansa el estar todo un día,
hora tras hora,
y día tras día un año
y año tras año una vida
dando vueltas a la noria.

II

Que se quede así ya
-desnudo y vacío- el corazón.
¿A qué vestirle de nuevo,
a qué otra vez colmarle de amor
si otra vez, al fin, ha de venir el tiempo
a llevárselo todo como un ladrón?

III

Huyen. Se ve que huyen
vueltas de espaldas a la tierra.
Nosotros no hemos visto todavía
los ojos de una estrella.
Para buscar lo que buscamos
(¿dónde está mi sortija?) una cerilla es buena,
y la luz del gas,
y la maravillosa luz eléctrica …
Nosotros no hemos visto todavía
los ojos de una estrella.

IV

¿Qué más da ser rey
que ir de puerta en puerta?
¿Qué va
de miseria a miseria?

V

¿Qué me importa que se borren
los caminos de la tierra
con el agua
que ha traído esa tormenta?
Mi pena es porque esas nubes tan negras
han borrado las estrellas.

VI

Para mí el bordón sólo.
A vosotros os dejo
la vara justiciera,
el caduceo,
el báculo
y el cetro.
Para mí el bordón sólo del romero …
Yo quiero el camino blanco y sin término.

PIE PARA EL NIÑO DE VALLEGAS DE VELÁZQUEZ

Bacía, Yelmo … Halo …,
éste es el orden, Sancho.

De aquí no se va nadie.
Mientras esta cabeza rota
del Niño de Vallecas exista,
de aquí no se va nadie. Nadie.
Ni el místico ni el suicida.

Antes hay que deshacer este entuerto,
antes hay que resolver este enigma.
Y hay que resolverlo entre todos,
y hay que resolverlo sin cobardía,
sin huir
con unas alas de percalina
o haciendo un agujero
en la tarima.
De aquí no se va nadie. Nadie.
Ni el místico ni el suicida.

Y es inútil,
inútil toda huida
(ni por abajo
ni por arriba).

Se vuelve siempre. Siempre.
Hasta que un día (¡un buen día!)
el yelmo de Mambrino
-halo ya, no yelmo ni bacía-
se acomode a las sienes de Sancho
y a las tuyas y a las mías
como pintiparado,
como hecho a la medida.
Entonces nos iremos todos
por las bambalinas.
Tú, y yo, y Sancho, y el Niño de Vallecas,
y el místico, y el suicida.

l4

DOÑA MUERTE Y DON AMOR

Doña Muerte y Don Amor,
hacer es bien lo del diablo
que trocó ya los arreos
medievales de los autos.
Un overall de Mahón
es hoy el traje adecuado
de los que, como vosotros,
llevan un duro trabajo.
Y no queráis asustarme
con el dalle y con el arco,
que éste es un viejo negocio
solidario de los cuatro:
Doña Muerte y Don Amor,
vosotros dos. Yo y el Diablo
tenemos que llevar hacia el Sol
este carro.

SABEMOS

Sabemos que no hay tierra
ni estrellas prometidas.
Lo sabemos, Señor, lo sabemos
y seguimos contigo trabajando.
Sabemos que mil veces y mil veces
pararemos de nuevo nuestro carro
y que mil y mil veces en la tierra
alzaremos de nuevo
nuestro viejo tinglado.
Sabemos que por ello no tendremos
ni ración ni salario.
Lo sabemos, Señor, lo sabemos
y seguimos contigo trabajando.

Y sabemos
que sobre este tinglado
liemos de hacer mil veces y mil veces todavía
el mismo viejo truco bufo-trágico
sin elogios
ni aplausos.
Lo sabemos, Señor, lo sabemos
y seguimos contigo trabajando …

LA ASCENSIÓN

Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, escuro …
FRAY LUIS DE LEÓN

Aquí vino
y se fue.
Vino …, nos marcó nuestra tarea
y se fue.
Tal vez detrás de aquella nube
hay alguien que trabaja
lo mismo que nosotros,
y tal vez las estrellas
no son más que ventanas encendidas
de una fábrica
donde Dios tiene que repartir
una labor también.

Aquí vino
y se fue.
Vino …, llenó nuestra caja de caudales
con millones de siglos y de siglos,
nos dejó unas herramientas …
y se fue.

El, que lo sabe todo,
sabe que estando solos,
sin dioses que nos miren,
trabajamos mejor.

Detrás de ti no hay nadie. Nadie.
Ni un maestro, ni un amo, ni un patrón.
Pero tuyo es el tiempo.
El tiempo y esa gubia
con que Dios comenzó la creación.

LA MAQUINA

(The Labour-saving Machinery)

Ni es un dragón
ni es un juguete, Marta.
Es un regalo religioso,
el último regalo del Señor.

Para que no te pierdas demasiado
en el trajín de la casa;
para que no digas ya más,
primero es la obligación que la devoción.
Y para que no te distraigas en el templo
pensando en el horno, en la rueca
y en el esclavo perezoso.

l2

¿Y LA LUNA?

En el pozo la guardaron.
Para que no la robasen
en el pozo la guardaron
-como una onza en un bolso-
aquellos fieros románticos.

Y estuvieron dos cipreses
la noche entera velando.
La noche entera de un siglo
los dos cipreses velaron.

Pero fue en vano, fue en vano,
toda la vela fue en vano.
Al llegar la madrugada
el Sol levantó los brazos
y asomó sobre la sierra
su rostro congestionado
de risa,
que gritaba:
¡la han robado, la han robado, la han robado!…

REVOLUCIÓN

Siempre habrá nieve altanera
que vista al monte de armiño
y agua humilde que trabaje
en la presa del molino.
Y siempre habrá un sol también
-un sol verdugo y amigo-
que trueque en llanto la nieve
y en nube el agua del río.

ORACIÓN

Señor, yo te amo porque juegas limpio;
sin trampas -sin milagros-;
porque dejas que salga,
paso a paso,
sin trucos -sin utopías-,
carta a carta, sin cambiazos,
tu formidable
solitario.

CRISTO

Viniste a glorificar las lágrimas …
no a enjugarlas …
Viniste a abrir las heridas …
no a cerrarlas.
Viniste a encender las hogueras …
no a apagarlas …
Viniste a decir:
¡Que corran el llanto,
la sangre
y el fuego …
como el agua!

DROP A STAR

¿Dónde está la estrella de los nacimientos?
La tierra, encabritada, se ha parado en el viento.
Y no ven los ojos de los marineros.
Aquel pez -¡seguidle!-
se lleva, danzando,
la estrella polar.

El mundo es una slot-machine,
con una ranura en la frente del cielo,
sobre la cabecera del mar.
(Se ha parado la máquina,
se ha acabado la cuerda).
El mundo es algo que funciona
como el piano mecánico de un bar.
(Se ha acabado la cuerda,
se ha parado la máquina) …
Marinero,
tú tienes una estrella en el bolsillo …
Drop a star!
Enciende con tu mano la nueva música del mundo,
la canción marinera de mañana,
el himno venidero de los hombres …
Drop a star!
Echa a andar otra vez este barco varado, marinero.
Tú tienes una estrella en el bolsillo …
una estrella nueva de paladio, de fósforo y de imán.

 

ELEGÍA

A la memoria de Héctor Marqués, capitán de
la Marina mercante española, que murió en alta
mar y lo enterraron en Nueva York.

… tierra extranjera
cayó sobre su carne aventurera.
José del Río Sáenz

Marineros,
¿por qué le dais a la tierra lo que no es suyo
y se lo quitáis al mar?
¿Por qué le habéis enterrado, marineros,
si era un soldado del mar?
Su frente encendida, un faro;
ojos azules, carne de yodo y de sal.
Murió allá arriba, en el puente,
con la rosa de los vientos en la mano,
deshojando la estrella de navegar.
¿Por qué le habéis enterrado, marineros?
¡Y en una tierra sin conchas! ¡ En la playa negra! …
¡Allá,
en la ribera siniestra
del otro mar!
¡Nueva York!
-piedra, cemento y hierro en tempestad-.
Donde el ojo ciclópeo del gran faro
que busca a los ahogados no puede llel!ar,
donde se acaban las torres y los puentes,
donde no se ve ya
la espuma altiva de los rascacielos,
en los escombros de las calles sórdidas
que rompe en el último arrabal,
donde se vuelve la culebra sombrla de los elevados
a meterse otra vez en la ciudad …
Allí, la arcilla opaca de los cementerios, marineros …
¡allí habéis enterrado al capitán!
¿Por qué le habéis enterrado, marineros,
por qué le habéis enterrado,
si murió como el mejor capitán
y su alma -viento, espuma y cabrilleo-
está ahí, entre la noche y el mar? …

l3

León Felipe es un nombre irrenunciable de las letras españolas,

por su calidad  y entrega al arte literario.

Hay poetas que ganaron la gloria de las letras, otros, en cambio, lucharon durante toda su vida con la Palabra y con la Historia para convertirse en poco más que un párrafo en los libros de texto. Son los poetas derrotados; derrotados por la vida y derrotados por el tiempo, y por las circunstancias políticas y, también, por la crítica literaria.

Fue coetáneo de otros nombres ilustres, de Machado a los del 27 pasando por Juan Ramón Jiménez,

Pero no  perteneció a ninguno de los grupos que formaron la cultura oficial de su tiempo o la cultura que reaccionaba contra la oficial.

León Felipe marcó su propio camino, fue caminante solitario,

una «piedra pequeña y ligera» que no tuvo sitio ni en los palacios,

ni en las iglesias,

ni en las lonjas,

ni en las audiencias..

Su obra suele asociarse a la de Walt Whitman, del que fue traductor.

Comparte con él el tono enérgico, de proclama y arenga casi religiosa, y el impaciente canto a la libertad.

En el 50 aniversario de su muerte, seguimos reivindicando  a León Felipe como un poeta mayor, de modo que se superen las dificultades que en vida le depararon su independencia de todas las corrientes literarias de la época y su condición de exiliado.

Inmenso poeta, uno de los grandes de nuestras letras.
Gracias por tu legado literario.

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Por Justin

(siempre que voy a mi pueblo, Santovenia del Esla, paso por la plaza del pueblo vecino, Tábara, pueblo natal del poeta, y allí  no puede faltar la foto. Ya es parte del ritual homenaje del viaje)

 


4 Respuestas to “hogueras luminosas, LEÓN FELIPE”


  1. 23 septiembre 2018 a las 00:00

    Me alegra mucho encontrar que has vuelto a retomar el blog y además trayendo aquí a este grandísimo y olvidado poeta. «Ah sí yo pudiese organizar mi llanto».
    Volveré a ratos a leer
    pues no puedo ahora detenerme mucho.
    Un abrazo ☺️

    • 2 justi
      23 septiembre 2018 a las 00:00

      Gracias.
      Leon Felipe, grande entre los grandes poetas, es un autor olvidado por no estar ubicado en ninguna corriente o por su exilio, y hemos de rescatarlo publicándolo, y dándolo a conocer a los lectores. Eso intento. Son ya varios los posts que sobre su obra y figura he puesto en este mi blog.
      Un abrazo.
      Un abrazo.

  2. 24 septiembre 2018 a las 00:00

    Grande… Le conocí a través de ti ya hace años y fue un descubrimiento.
    Apenas sabía su nombre y no había leído nada como me ocurre con otros muchos poetas. Y me gustó conocerle. Hay fuerza en sus palabras, mucha fuerza.
    Gracias por esa selección de sus poemas, siempre es bueno traerlos al presente y sobre todo este año, el del 50 aniversario de su muerte.
    Un abrazo.

    • 4 justi
      25 septiembre 2018 a las 00:00

      Gran poeta, pero al desarrollar su obra en el exilio y fuera de los circuitos académicos de la época, y por su republicanismo y antifranquismo, ha quedado reducido a círculos más restringidos. Su gran legado sigue en cajones polvorientos y húmedos, en mazmorras de las consejerïas de la Junta de Castilla y León, esperando se divulgue. Por su ideología, no tienen gran interés.
      Eso no quita la grandeza de su poesía de salmos de libertad del hombre en busca de La Luz, capaz de subir al último peldaño de la escalera, gritar y blasfemar, y abrir el puño para lanzar una piedra contra lo más Sagrado.
      En fin, que la Cultura no es todo lo que nos dicen o no dicen los libros de texto y prensa de literatura. Hemos de encontrarla por nuestra cuenta.
      Para mi, a más de Zamorano universal, es uno de nuestros más grandes Poetas Literatos.
      Gracias por tu comentario. Me alegra hagas llegado a él por mis varias reseñas en el blog.
      Un abrazo, Estrella.


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Zamora, Puente de Piedra

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Soy lo que siento

¿Quien soy yo? soy lo que me ocurre y siento, azul, rojo, espacio, a veces niño y luego sentimiento, aroma de lejanos tiempos... La mañana es clara y el amor pasa todas las tardes ante mi casa. Soñando, esperando, asomado a la ventana estoy Justi

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CABALLERO DERROTADO, HAZME SITIO EN TU MONTURA, QUE YO TAMBIÉN VOY CARGADO DE AMARGURA... (leon felipe)

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Aguas del Duero-los arribes-

arrives del duero
Nube blanca, que vas tan sóla en el cielo y tan alta, junto a la luna de plata vendrás a parar mañana, igual que mi amor, en agua. En agua de mar honda y clara. (León Felipe)

leon felipe -monumento en Zamora-

leon felipenuevo

PIEDRAS SAGRADAS

Con las piedras sagradas de los templos caídos grava menuda hicieron los martillos largos de los picapedreros analíticos. Después, sobre esta grava, se ha vertido el asfalto negro y viscoso de los pesimismos. Y ahora... Ahora, con esta mezcla extraña, se han abierto calzadas y caminos por donde el cascabel de la esperanza acelera su ritmo. (Poema de León Felipe)

puente del Esla

puente esla
Tú, viejo Duero, sonríes entre tus barbas de plata, moliendo con tus romances las cosechas mal logradas. Y entre los santos de piedra y los álamos de magia pasas llevando en tus ondas palabras de amor, palabras.

santovenia del esla

santovenia2

MI PUEBLO

Un pueblo entre campos, pequeño, casas llenas de hermanos, una torre de iglesia, alta, y muchos tejados rojos, bajos. Un rio, encinas, una pradera para el ganado, flores, niños por las calles, los sembrados... Gentes que abren surcos en la tierra mientras miran a lo alto a ver si llueve. SANTOVENIA DEL ESLA es MI PUEBLO.

ARTESANÍA DE PERERUELA (zamora)

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